El éxodo del Mariel, uno de los grandes movimientos migratorios del siglo XX, cumple 40 años.
Más de 125.000 cubanos salieron de la isla en apenas siete meses —entre abril y octubre de 1980— con destino a Estados Unidos, especialmente a Miami, que se vio superada por la masiva y repentina llegada de ciudadanos que huían del régimen de Fidel Castro, que por aquel entonces todavía contaba con el apoyo de la Unión Soviética. La crisis migratoria del Mariel fue un shock para Cuba y para EE UU, dos países vecinos (uno pequeño; el otro, un gigante) que han convivido más de medio siglo en medio de la desconfianza, y que ahora buscan el sendero del reencuentro. “
Mas precisamente a partir del 15 de abril, docenas de embarcaciones procedentes del estado de Florida (EE.UU) comenzaron a llegar al Mariel para recoger a los cubanos que decidieron irse, aunque no fue hasta el 21 de ese mes cuando el diario estatal Granma publicó la decisión oficial de no detener esos barcos y permitir su tránsito.
En total, entre abril y octubre de 1980 llegaron a Estados Unidos por Cayo Hueso 125.000 cubanos a bordo de unas 2.000 embarcaciones bautizadas como las "flotillas de la libertad".
Esta oleada migratoria tiene su origen en un incidente diplomático entre Cuba y Perú. El 1 de abril de 1980, un grupo de cubanos empotró un vehículo contra la verja de la embajada de Perú en La Habana para solicitar asilo. Un suboficial que custodiaba el edificio falleció cuando intentó evitar la entrada. Castro exigió a Perú la entrega de sus conciudadanos y amenazó con quitarle la protección a la legación diplomática, algo que finalmente ocurrió. Y ahí llegó la sorpresa. Más de 10.000 cubanos irrumpieron en poco tiempo en la embajada peruana solicitando asilo.
Castro aprovechó la crisis para vaciar las cárceles de presos comunes y enviarlos a Estados Unidos, una decisión que tendría consecuencias fatales para Miami, donde se quedaron la mayoría de los cubanos que salieron en esta ola migratoria. “Las estimaciones más conservadoras apuntan que el 15% de los que llegaron eran delincuentes”, apunta Tomás Regalado, actual alcalde de Miami por el Partido Republicano y que en 1980 cubrió el éxodo como reportero. “Los guardianes de las cárceles leían listas de presos para soltarlos, los montaban en un vehículo y los llevaban hasta los barcos. A la gente que venía de Miami le decían que por cada familiar se tenían que llevar personas adicionales. Y ahí había delincuentes y espías”, añade Arcos.
El dramático éxodo duró siete meses, hasta que Estados Unidos, bajó la presidencia de Jimmy Carter, cerró la puerta por las repercusiones negativas que la crisis migratoria estaba teniendo en la política doméstica.
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